[Priv. Alluka Heartfilia] En la Heladeria de Magnolia, nada como un rico helado para este gran calor

Para ser sinceros, no tenía ni la más minima idea de cómo había llegado a ese lugar ni de cuando lo había hecho. Pero ya se encontraba allí de pie en aquella gran ciudad, se le hacía conocida pero no lograba recordar del todo. Estaba desorientada y asustada. Algunas personas se detenían para preguntar sobre sus padres, pero ella simplemente respondía con un «No sé» lleno de inocencia y de honestidad. Fue entonces cuando una señorita le informó de la manera más dulce posible donde se encontraba y cuales sitios importantes se encontraban en aquel lugar. Ella reconoció el nombre de uno en especial, Fairy Tail, era ese lugar podría encontrar a su papá así que le pidió que la escoltara hasta allí… pero no fue posible. Aquella chica no sabía cómo llegar a Fairy Tail, al parecer ella también era una simple visitante en aquel lugar.

La dueña de un local de helados tomó la responsabilidad de cuidar de Alluka hasta que pudiera llevarla a Fairy Tail, habían reconocido que la pequeña llevaba la marca del gremio en su mano izquierda y que estaba perdida. Sin embargo Alluka no podía sentirse cómoda. Alluka estaba sentada en una mesa del mismo local mientras observaba el helado que tenía en frente aguantando un par de lágrimas. Estaba desorientada, perdida y confundida. ¿Cómo había llegado a ese lugar? Ella recordaba que había pasado un tiempo con unas personas extrañas, pero no lograba recordar más. Además, había estado lejos de su hogar y quería regresar cuanto antes. Sin siquiera notarlo había comenzado a derramar lágrimas…

Un suspiro salió de entre sus labios y luego de eso intentó animarse un poco, pero simplemente le era inevitable estar más contenta. Una niña de corta edad perdida, desorientada y sin recuerdos sobre las últimas cosas que hizo y como había llegado a ese lugar. Estaba un poco alterada igualmente y comenzaba a asustarse... Si seguía así Nanika saldría... Aunque bueno, la mayor parte del tiempo ella misma pensaba en llamar a Nanika. Nanika era una chica muy dulce y Alluka la quería mucho... Así que no le molestaría en lo absoluto. Una chica le habló provocando que se diera cuenta de que estaba llorando. Secó sus lágrimas y miró a la señorita indicandole que si podía sentarse en aquella mesa. Alluka tomó su helado con ambas manos y comenzó a comerlo despacio. Lo sujetaba con ambas manos porque tenía miedo de dejarlo caer, esas no eran sus intenciones. Continuó pensando en lo asustada que estaba, llorando por segunda vez.