Caminando por Magnolia [~Libre~]

La chica de cabellos rubios iva caminando pensativa por los sectores de la ciudad de Magnolia, realmente iva muy ida ante los terribles pensamientos que abundaban su mente. ¿En donde se encontrará su hermano perdido? ¿Quién fué el asesino que incendió su hogar y mató a sus padres? Esas eran las interrogantes que siempre se preguntaba Rin, cuando de pronto chocó contra un poste de luz que habia en la ciudad, y cayó al suelo.

¡Ouch! Oh Rin... debes de dejar de pensar en estúpideces siempre, no puedes seguir pensando así.

Mientras que se levantó apenas y sigió caminando, para luego llegar a un parque y sentarse en el campo lleno de cesped, para poder relajarse un poco y se soltó el cabello de la cinta negra que tenía amarrandole, para luego acostarse y estirarse completamente.

No estaría nada de mal dormir un rato, aunque no puedo estar tanto tiempo acá... Pero descansar me hará bién para no estar pensando estúpideces.

La chica hizo un ultimo suspiro y bostezo y cayó en un profundo sueño, esperando que nadie la despertara y no pasase nada malo que tubiera que intervenir ella.

Estaba harto de estar todos los días encerrado en ese cuarto signando papeles y luego asistiendo a reuniones donde no me hacían ni puñetero caso hasta que no les hacía una muestra de mi magia y me dejaban hablar, eso era muy cansado, sentía que los mas mayores que yo querían usarme al ser el jefe del consejo y eso me hacía estar cabreado, por si fuera poco, había leído mas de una vez libros en el cual el protagonista solía dar su vida por su amada o amado, o eso, o al menos, eran capaces de hacerlo, pero siempre se salvaban.

Quería encontrar una persona por la cual poder dar mi vida y tenía que gustarme de verdad, mi corazón debía de latir rápido y yo tenía que pensar en esa persona como en algo mas que una amiga, como un ángel quizás, si, eso mismo, como un ángel. Pero mis pensamientos duraron poco, puesto que unos caballeros de la runa me vieron y fueron a por mí para que regresara, a lo que yo, solo respondí con mi siguiente acción, echar a correr, entré en una tienda y entré a los lavabos, allí me vestí con una camiseta verde algo destrozada y unos pantalones grises algo destrozados también, me quite los zapatos y empecé a andar por la calle esperando que no me reconocieran así, llevaba mi otra ropa en una bolsa por si acaso.

-Dango, dango, dango, dango, dango daikazoku.- Empecé a cantar una canción la cual había escuchado hacía tiempo, y no me di cuenta, de que podría despertar a una chica rubia que estaba durmiendo por allí.

La chica estaba envuelta en muchos pensamientos mientras que dormia en el cesped, se movia de un lado para otro pensando un montón de cosas, si que dentro de una de esas comenzó a escuchar una canción, me sonaba un tanto familiar, si que abrí un ojo y vi que un poco mas allá en el lugar en donde estaba yo, habia un chico tierno de cabellos oscuros que estaba cantando, si que me levanté, me hize una cola de caballo en el pelo con la cinta que me afirmaba el pelo ya que lo tenía un poco desordenado con la siesta que habia tomado y luego me senté en el cesped y lo miré.

Cantas bién eh ...

Dije un tanto tímida, pero la canción era conocida para mi y bueno el chico también cantaba bién si que no podia negarlo, y yo estaba acostumbrada a felicitar lo que a mi me parecía bueno, lo más raro, fué que al ver al chico, todos esos malos pensamientos que tenía se me habian olvidado y me sentía un tanto rara, pero felíz, ¿Qué cosa me estaría pasando? El chico me hacia que estubiese tranquila, si que me acerqué a él un tanto tímida y con una sonrisa.

M-Mucho gusto... Soy Rin, Rin Kagamine.

Dije esperando que no le molestara mi imprudencia, sabía que aveces podía existir gente mala, más que no eramos del mismo gremio, pero yo era distinta a los demás, yo era buena con todos.

Seguía cantando pensando que no habría nadie, me encantaba poder cantar sin que nadie me escuchara y siempre lo hacía, o hacía eso, o escribía o leía algún libro. Mientras seguía cantando la canción, una chica de pelos rubios recogidos en una coleta me habló y me dijo que cantaba bien, eso hizo que me sonrojara muchísimo y empecé a hablar tartamudeando. -Es-es-esto, gr-gr-gra-gracias p-p-po-por e-el c-cu-cu-cum-cumpli-cumplido...- Dije tartamudeando en respuesta de su cumplido, aunque ahora no sabía que decir, quería haber seguido cantando, pero no podía, no con alguien cerca mirando como cantaba y menos si la acababa de conocer.

La chica se llamaba Rin según lo que escuche, era un nombre bastante bonito y estaba bien. -E-e-el pl-pl-pla-placer e-e-e-e-es mi-mi-mi-mio...- Dije tartamudeando a causa de lo tímido que era y de que no sabía nada de aquella chica, bueno, no parecía mala chica igualmente. -Y-y-yo m-m-me lla-lla-llamo Na-na-natsu Shi-shi-shi-shi-shion...- Me presenté yo también, aunque tartamudeando como antes. Lo raro es que no se extrañase de mis ropas y que se acercará aunque pareciera un niño pobre, además de eso, ni siquiera sabía porque estaba allí.

-Es-es-esto, ¿qu-qu-que ha-ha-ha-hací-hacías a-a-a-antes? ti-ti-ti-tienes cé-cé-cé-césped p-p-po-por to-to-to-toda la ro-ro-ro-ropa...- Le dije fijándome en las ropas de Rin llenas de césped, aunque quizás no le tendría que haber preguntado, no era de mi incumbencia lo que estaba haciendo ella antes.

La chica se habia sentado un poco mas cerca de él, pero antes se habia sacudido el cesped que tenía en toda su ropa, realmente no se habia dado cuenta, pero la siesta que habia tomado fué un poco reconfortante de energías, si que se acercó hacia él y le dijo con un tono bién dulce para que este no se sintiera nervioso.

¡Hey! No soy un moustro, si que tranquilo... No te haré nada malo.

Se acerca un poco mas a él y se sienta, sentía que él no la estaba pasando tan bién, si que para entrar un poco mas en confianza, aunque la chica no le gustaba ser entrometida ante la vida de los demás, le dijo.

¿Y a ti que te ha pasado? ¿Te atrapó un huracán o algo así? Veo que estubiste arrancando de algo o alguienes... ¿No necesitas ayuda? Aunque yo no tenga a nadie acá, no quiero verte que estes mal...

Dije sonriendo, mientras miraba al cielo y suspiraba, mientras con mi magia comenzé a jugar con mis manos a tirar una bola de agua de mano en mano, mientras que de una de esas me explotó en mi mano y quedé con toda la cara mojada, y luego miré a Natsu y comenzé a reir de la vergüenza.

D-Disculpame... Aún no la controlo tan bién...

De ahí me puse a pensar, que quizás no hubiese sido buena elección mostrar mis poderes ante la gente, pero ese chico me hacia sentir especial, podía confiar en él.

La chica decía que no era ningún monstruo, pero con la hierba en sus ropas, pues no pensaba igual yo, para mí lo parecía mas que serlo. -Digamos que estoy huyendo de unos tipos muy cansinos, que por mas que los derroté vienen mas y mas.- Le dije a la chica mientras observaba como jugaba con una bola de agua, la cual se le resbaló y acabó con la cara mojada. -Ya veo, ya, yo si que tengo control de mi poder, lo único es que es demasiado llamativo.- Le dije mientras hacía que explotara un árbol cercano y luego miraba a la chica, Rin.

Parecía una buena persona y yo ya me había calmado un poco, por eso ya había dejado de tartamudear al fin. -¿Te interesaría unirte al consejo?- Le pregunté a la chica totalmente serio, básicamente, quería tener a gente de confianza en el consejo y no estar rodeado de esos viejos manipuladores. Me tumbé en el césped pensando en relajarme mientras estaba con la chica, pero, eso no duró demasiado.

-¡Ahí está, atrapadlo!- Dijo uno de mis perseguidores cuando me vio, y no tardaron mucho más en venir mas de mis perseguidores con la intención de atraparme, pero por nada del mundo iba a dejar que me atraparan y menos aún que me obligaran volver allí, que mas que mi casa, parecía mi prisión. Cogí a Rin de su mano y empecé a correr junto a ella arrastrándola literalmente, o al menos, eso era lo que tenía pensado hacer. -Como demonios me han reconocido, si me había camuflado bien, debe de haber sido por la explosión.- Murmuré.

No habia alcanzado a responder a la propuesta de ¡Pertenecer al consejo mágico! ¿Que iva a hacer yo con tan alto cargo? Nisiquiera podía controlar mis poderes, y iva a hacer un mándato ante los demás, si que de pronto ví que otra gente estaba persiguiendo a Natsu y este me llevó casi arrastrando de el brazo arrancando de esa gente, no podía dejar que algo malo le pasara a él, le habia agarrado cariño, aunque no entendía muy bién, ya que yo era nueva en esto, nerviosa pero confiada me detube y me puse alfrente de la gente que lo perseguía.

Yo me encargaré de esto Natsu. - hacia los que lo perseguían - ¡ Dejenlo tránquilo !

Dije firme, esperando causar presencia ante ellos.

¿ Qué les ha hecho él ? ¡ Nada ! Si que les ordeno inmediatamente que se vayan de aquí o lo pagarán muy caro.

¡ Quitate de el camino mócosa rubia !

¡ A mi nadie me llama mocosa !

Aunque aún no controlaba a la totalidad mis poderes, habia un rio cerca de ahí, si que con mi magia arrastré fuertemente a todos los que lo perseguian dejandolos en una zona muy profunda, aunque no duraría mucho mi poder, podríamos ahorrar tiempo.

¡ Arranquemos Natsu !

Lo llevé de el brazo tal y como el me llevaba, corrimos mucho y nos metimos a un callejón, habian casas abandonadas, podría ser un buen refujio, pero la entrada era algo dificil, eran rejillas con puas, me dañé un poco al pasar para que entrara Natsu, él era que habia que proteger, y nos escondimos en una casa, llegando, me tiré contra la muralla, aún era una maga débil, pero no podía dejar que le pasara algo malo a él, si que respirando profundamente por el cansancio, le sonreí.

Creo que logramos escapar... Almenos estas bién....

Sonrie fuertemente.

Ahora que estamos más tranquilos... ¿Porqué quieres que una chica tan débil como yo pertenezca al Consejo de los Magos? Yo no soy nadie ...

Suspiré.

Logramos escapar de los perseguidores gracias a Rin y luego dijo que no era nadie, eso hizo que me enojara bastante. -Bueno, en ese caso, te seré sincero, me importa poco si es fuerte o no, pero quiero una persona de confianza y para mí tu lo eres, ya te he contestado y bueno, si o si, entrarás al consejo.- Le dije serio sin dejarla opinar y mientras luego la cogía del brazo y salíamos de allí. Entonces nos topamos con nuestros perseguidores.

-¡Natsu-sama, tiene que dejar de escaparse de esas maneras, el consejo se vuelve un auténtico caos!- Me dijo uno de ellos a lo que no quise ni contestar, pero al final decidí decirles bien serio, puesto que estaba enojado aun. -Os lo voy a dejar bien claro, Rin se unirá al consejo y si me escapo de esas maneras, es para luego divertirme viendo como me buscais como unos tontos como si no tuviesen nada mejor que hacer.- Dije mientras señalaba a Rin cuando dije su nombre y luego hacía callarles con esa frase.

Seguía sujetando la mano de Rin y unos de mis perseguidores, dijo algo que se podría haber estalviado. -Oye, que quieras que tu novia se una al consejo, no es motivo suficiente para hacer que se una.- Dijo mientras señalaba nuestras manos, la cual no solté, solo me sonrojé. -Pero es de mas confianza que todos vosotros y además, antes os ha parado los pies.- Les dije a esa gente serio pero sonrojado.

-Bueno, Rin, ¿quieres seguir andando por aquí o quieres que te muestre la sede del consejo?- Le pregunté mientras aun sujetaba su mano, como si tuviese miedo de que huyera de mí o algo por el estilo.

Estaba bastante confundida, no entendía el porque Natsu me proponía ser el miembro de el consejo, pero algo en mi me pasaba que era raro, estaba bastante sonrojada ante la presencia de este, si que le dije.

- Pero Natsu, no se si esté capacitada... Es mucho para...

No habia alcanzado a terminar mi frase, cuando uno de los perseguidores nos habia encontrado, no sabía que hacer, pero Natsu intervino, y decía que yo me uniría al consejo, realmente se veía que era un chico que sabia lo que hacia o quería, intenté ponerme en una postura bién firme, pero en mi interior estaba realmente avergönzado, y sonrojado, ya que Natsu hablaba tan bién de mi, y me sonrojé mas cuando dijieron de que yo era su novia, eso en un cierto grado me hizo felíz, cuando se fueron los perseguidores, Natsu me preguntó si quería seguir andando por acá, o quería conocer la sede de el Consejo, ¿Podría con eso yo? Mientras yo también sujetaba la mano de este, pero la apretaba con mucha fuerza.

- Natsu... Te... T-Te quería agradecer por la forma tan linda que hablaste de mí con esos perseguidores... Realmente me sentí felíz,y gracias por la confianza... Me gustaría... Pero nosé si esté apta para eso, yo pienso distinto a mi gremio que es Sabertooth, y bueno... Quizás no sería apta... No me gusta pelear... Y tampoco me gustaría dejar a mis unicas amigas que tengo ahí.... A mi única familia que me ha apoyado...

Lo que me dijo Rin, era, desde mi punto de vista, era algo bastante ilógico la verdad y me hacía pensar que era una tonta la chica. -Rin, yo no te he dicho que los dejarás, los puedes seguir viendo, lo único, que serías del consejo y allí no es necesario que te guste luchar, solo conque te gusté ayudar a los demás, se te puede buscar algo para que lo hagas y no luches.- Le dije claramente serio y sin decirle nada más mientras seguía sujetando su mano.

-Igualmente, ya lo he decidido, entrarás al consejo de magos si o si.- Le dije claramente mientras la acercaba mas a mí, la chica parecía que antes había estado sonrojada, y quizás no era la única que se sonrojaba en ese momento, yo también lo estaba aun así, dudaba de si hacer como en algunos libros, de si besarla, o no besarla la verdad.

Pero ahora mismo era demasiado pronto y eso no funcionaba siempre, aunque lo que si podía hacer era jugar un poco con ella a mi manera. -Si te haces del consejo, no solo estarás bien protegida, si no que también, serías capaz de ser mas fuerte y quizás encontrar algo si es que estas buscando algo o a alguien.- Le dije a la chica mientras seguía sujetando su brazo.

La chica sonrió finalmente, pero aún estaba sonrojada, se puso a pensar seriamente en los últimos dichos de Natsu, de encontrar a alguien, quizás sería una buena idea pertenecer, podría encontrar a mi hermano que está perdido, si que sonriendole le dije: - De acuerdo... perteneceré al consejo ... Y perdón por estar así... Es que nadie nunca ha confiado en mí, por ser debil o cosas así, y bueno, tu eres la primera persona que confia en mí de esta manera... Y trataré de no defraudarte, lo prometo, intentaré ser la mejor maga.
Dije felíz, mientras que por mi mente pasó lo de mi hermano perdido. - Y quizás... sea bueno.... porque podría encontrar a mi hermano... Len.... Que por eso me metí a este gremio, para ser fuerte y quizás poder encontrarlo en algún lugar... Aunque no me resulte mucho, no me voy a rendir. -
Le dije felíz, mientras le dí un fuerte abrazo.