Una desición bién importante [Libre]

Habia pensado muchos días el cual sería mi futuro, y me puse a meditar lo que realmente mi corazón quería hacer, y era abandonar el Consejo de los Magos, sé que a lo mejor sería muy egoista de mi parte, pero mi sueño no era estar en un Consejo de Magos, si no en un Gremio, en el cual me puedo hacer amigos, y ser una maga fuerte, si que me dirijí en donde seguramente se encontraría Natsu, para poder decirle lo que realmente me pasaba, toqué la puerta, y ví que él estaba allí sentado viendo por la ventana el cielo:
- H-Hola Natsu... Soy Rin... tengo que decirte algo bién importante.
Estaba nerviosa, no sabía como este iva a reaccionar, pero tenía que decirselo, la verdad siempre por delante, así siempre me han enseñado.
- No sé como te lo vas a tomar, pero lo pensé muchos días, se que sonará egoísta, pero renuncio al Consejo de los Magos, no quiero estar toda la vida aquí dentro viendo todos los problemas que ahi... No quiero que te enojes, pero yo me metí acá para encontrar a mi hermano, y por mi cuenta y gracias a Dios lo he encontrado, quiero cumplir el sueño de mis padres que es ser los mejores magos con mi hermano, y para eso necesito estar en un Gremio, volveré a Sabertooth, y estaré con mi hermano.
Miraba para abajo, un poco triste.
- No quiero que esto distancie nuestra amistad, la aprecio mucho, pero esto es lo que quiere mi corazón, y nadie me lo impedirá.
Suspiraba, mientras se daba la media vuelta, para poder irse.

El ambiente estaba muy calmado y eso no me gustaba nada, así que me puse a observar el cielo por la ventana, hasta que note que alguien entraba en la sala, ese alguien era Rin, la cual, después de decirme que quería volver a sabertooth, eso, ya no podía aguantarlo, pero como líder del consejo, por mas triste que estuviera, tendría que ser firme y serio. -Prefieres estar en un gremio que aquí conmigo, ¿no?- Le dije mientras me levantaba de la silla y ladeaba mi rostro hacia un lado para que no se notara como estaba.

-Por mi no hay problema, si quieres abandonar el consejo, hazlo, yo en tu lugar también lo haría, tal como habla la gente de ti...- Le dije sin mirarle a la cara, no quería que sintiera lástima por mí, quería que le hiciera caso a su propio corazón, aunque eso quizás destrozara el mío. Le di la espalda a Rin, y seguí contemplando el cielo, pensando "ojalá fuera una nube, sin tener que preocuparme, pudiendo ser libre y sin tener amigos que cuando menos te lo esperas, te dan una puñalada por la espalda" aunque quizás no era así, era así como me sentía yo en ese mismo momento. Empecé a llorar de la tristeza que sentía ahora mismo, quería pensar que eso solo era una pesadilla y que me despertaría en cualquier momento, pero por mala suerte, eso era la realidad y cuando alguien quiere hacer una cosa y está seguro o segura de si mismo, no se puede hacer nada para detenerlos. -¿Aun sigues aquí? pensé que ya te habrías marchado hace rato.- Dije ya que no había sentido en ningún momento la puerta, pero tal como estaba psicológicamente en ese momento, me era imposible centrarme en una cosa concreta. Si me iba a abandonar igual que mis padres que me abandonaron, o mi padre adoptivo que murió, prefería retenerla conmigo un poco mas, aunque fuera contra su voluntad, pero no podía hacer eso, ya que si lo hacía, quizás no me volvería a hablar nunca mas.

La chica suspiraba ante los dichos de Natsu, no podía comprender las reacciones, si que respondió ante los primeros dichos que dijo este:
- Si yo me voy de el Consejo de los Magos, no es porque te deje de lado, no quiero que pienses eso, pero gracias a mi culpa, todos están hablando mal de el Consejo y eso no beneficiaría a la institución y perdería prestigio, y más que yo no puedo reprimir a alguien, si es mi amigo, no puedo, y me perdonarás por todo lo que he hecho, pero mi corazón no pertenece acá, pertenece a Sabertooth, donde están mis amigas de toda la infancia, y donde estaré con mi hermano que alfín lo encontré.
Seguía mirando las actitudes de Natsu, y solamente tenía un rostro de tristeza, ya que entendía mas o menos el sufrimiento que tenía Natsu, si que seguía allí parada, y se acercaba un poco a él, con voz tajante:
- ¡ENTONCES ABANDONEMOSLO LOS DOS JUNTOS! Nadie ni nada te puede prohibir abandonar esto, tu corazón tiene que hacer lo que él quiere, y ninguna persona podrá impedirtelo, vamonos los dos a Sabertooth, será genial... Quizás no tomes en cuenta lo que te diré, pero mi sueño siempre ha sido pertenecer a Fairy Tail, por si no sabes, yo soy huerfana, y solamente tengo a mi hermano, sufrí mucho cuando yo era pequeña, gracias al destino me encontré con alguien que me sedió sus poderes de Dragon Slayer, y aunque me benefició mucho, ya que me podía defender, quedé mas sola aún, ya que nadie quería tenerme ni adoptarme, ya que era un fenomeno, siempre hacia llover por la triztesa que abundaba en mi corazón, y nadie me quería, pero todo eso cambió cuando un dia entré a ver como sería el Gremio de Fairy Tail, allí fué donde conocí a Natsu y Gray, ambos me enseñaron el verdadero sentido de la vida, que el rendirse no es la solución para los problemas, aunque no pertenecezca a Fairy Tail, tengo el logo de ellos en mi corazón, por eso me uní a Sabertooth, para ser la mejor maga, y que mis amigos estén orgullosa de mí, también para encontrar a mi preciado hermano, ahora que lo tengo a mi lado, no tengo nada que me impide ser felíz, te agradezco por todo lo que has hecho por mí, pero yo tengo que seguir mi camino, tengo que volverme la más fuerte, para que mis amigos de Fairy Tail estén orgullosos de mí, y sobre todo, mis padres que están en el cielo.
Dije con alegría, y un poco más emocionada, si que me acerqué a donde se encontraba Natsu, y lo abrazé por la espalda:
- Aunque pertenezca al gremio que pertenezca, tu siempre serás mi amigo, y no estarás jamás solo.

Las palabras de Rin, me hicieron un poco mas feliz, pero, por mas que quería, no podía abandonar el consejo, si lo abandonaba, buscarían a alguien para hacerlo el líder, seguramente, alguien mas pequeño que yo o mas fácil de manipular y eso no lo quería, no podía permitirlo y seguía triste, todos me iban abandonando en el consejo poco a poco, y por mas que Rin intentará arreglar su error, al principio pidió que le dejásemos salir del consejo para unirse a Sabertooth.

Me dolía el pecho, concretamente el corazón, era como si una fuerte aguja se clavara en él. Empezaba a llover y se oían como las gotas de lluvia sonaban al caer al suelo. Cuando fui abrazado por Rin, el dolor se volvió aun mas grande, nunca había sentido algo como eso, pero sentía que si Rin se iba, el dolor se haría mas fuerte e insoportable. Quería que el tiempo se detuviera en ese mismo instante, o que, hubiese una gran ventisca que le impidiera a Rin marchar aun, quería, al menos confesar mis verdaderos sentimientos a Rin, pero aunque los confesara, seguramente, ella decidiría ir a sabertooth. -Rin, he sido muy bueno contigo y he pasado todas tus faltas por alto, pero... eso fue por... por nada, no importa.- Estaba a punto de decirselo, pero, no me atrevía a decírselo. Quería que pensar bien, que era lo que quería. -Rin, no puedo abandonar el consejo, por mas que quiera no puedo, la mayoría de los de aquí están corruptos y me han intentado manipular mas de una vez para hacer algo que no quería, prefiero quedarme solo aquí y evitar ser manipulado, que no venir contigo a ese gremio.- Le dije, pero por supuesto, no eran mis verdaderos sentimientos, en verdad, quería estar con ella donde fuese y por mas egoísta que sonará, desearía tener una cuerda con la que atarla a mi.

- ¿Quién te quiere manipular? Solo dimelo, y se las verán conmigo.
El cuerpo de Rin comenzó a ponerse lleno de escamas, y un aura fuerte azul, que saltaba agua salía de el Cuerpo de Rin, esa era la magía de una Dragon Slayer, que cuando un amigo estaba en peligro, o sufría se activaba, si que con la voz sería, y el rostro enojado, lo miré.
- Dime quién ha ozado hacerte sufrir todos estos años Natsu, dime quien es esa gente corrupta que ha hecho que tu corazón esté encerrado en este Consejo, dímelo y se las verá conmigo - Realmente estaba enojada, no podía dejar que Natsu siguiera sufriendo por algo que él no quería hacer, aunque no fuese más del consejo, lo iva a ayudar a como de lugar - Si algo me enseñaron mis amigos de Fairy Tail, que a pesar de todas las cirscuntancias que en la vida uno pase, nunca debe dejar de lado a sus amigos, ahora que entiendo tu mirada, tus sentimientos, no puedo dejarte acá que te pierdas y selles tu corazón, yo seré la persona que batallará con quien sea, que logre hacer que tu corazón viva denuevo, como un niño, no un lider del Consejo, tú no estás para eso, tú estás para ser amigos, y en un Gremio... en un Gremio encontraremos nuestra Familia Natsu. -
Dije enfurecida, realmente no sabía si podría controlar bién mis poderes, pero mi corazón estaba respondiendo al sufrimiento de Natsu.

Rin se preocupaba por mi, y yo en cambio quería, retenerla a mi lado, sin importar como, me sentía fatal, ella se estaba preocupando por mí de verdad y yo pensaba que me estaba traicionando. -Gracias Rin, pero puedo encargarme yo solo, no tienes porque meterte en esto y ya que abandonarás el consejo, quiero darte una última orden, vive a tu manera, disfruta en tu gremio y no te preocupes por mí, se cuidarme solo.- Le dije con una sonrisa intentando ocultar mi tristeza, quería que Rin fuera feliz, aunque no en el gremio, prefería que lo fuera a mi lado, pero se notaba que no quería seguir mas días en el consejo.

-Rin, perdóname por haberte hecho que te unieras al consejo sin que quisieras tu realmente, lo siento...- Le dije sentándome en la silla y volviendo a ver como estaba lloviendo, la lluvia era tan relajante, que parecía que me haría olvidar de todo, pero, eso solo era un pensamiento tonto, la lluvia no me haría olvidar como me sentía en aquel momento. -Rin, ¿puedes dejarme solo un momento? Necesito pensar las cosas con claridad, porfavor y sobre todo, no hagas ninguna locura, antes de hacer algo que te pueda poner en peligro, avísame, ¿vale?- Le dije sin mirarla, solo quería, yo solo quería, que alguien estuviese a mi lado, allí en el consejo, aun en contra de su voluntad, pero fue un error pensar algo tan tonto como eso y ahora me arrepentía, cosa que demostraba mis lágrimas.

Realmente estaba enfurecida, bajé mis niveles de poder, y solamente escuché las palabras que me habia dicho él, no entendía el porque aún quería seguir acá encerrado y solamente le dije:
- Te estaré esperando en Sabertooth, y si no apareces por ahí, destruiré todo esto para que alfin puedas ser libre amigo.
Esas fueron mis últimas palabras, cuando salí de la habitación, y me dirijí hacia Sabertooth, para volver en donde yo realmente era felíz.

Rin decía que destruiría el consejo si no aparecía en Sabertooth, pero ella, no sabía de lo que eran capaces de hacer, suspiré para luego decirle claramente. -Rin, ven, te enseñaré algo para que veas con tus propios ojos, que clase de personas hay aquí en el consejo.- Le dije mientras aun estando triste me dirigía hacia el sótano, el ambiente estaba cada vez mas tenso. Cuando llegamos al sótano, abrí una puerta de allí, mostrando un laboratorio el cual parecía abandonado ya, miré fijamente a Rin a los ojos.

-Rin, en este laboratorio, hicieron experimentos con niños, jugaron con ácidos en sus cuerpos deformándoles la cara, algunos los convirtieron en caníbales y a otros los unieron, y yo no pude hacer nada para evitarlo, puesto que me di cuenta demasiado tarde, mandé a cerrar esos experimentos por supuesto, pero los niños, fueron vendidos a un circo y ahora los estoy buscando, y esa, es solamente una de las muchas cosas que han pasado aquí, así que por favor, no te entrometas mas en el consejo...- Le dije mientras cerraba ese sitio con llave y me volvía a dirigir hacia la sala en la que estábamos antes, donde me senté y observé como caía la lluvia mas fuerte que antes, al igual, que me salían mas lágrimas que antes a mí mientras pronunciaba la siguiente frase. -Ojalá nunca te hubiese conocido, así, ahora no sufriría como estoy sufriendo, vete ya, por favor, quiero estar solo.- Dije sin siquiera quererle mirar a la cara, tenía el corazón destrozado aun, y seguramente, tardaría meses en curarse.

- ¿Acaso llorar y hacerte el fuerte solucionará tus problemas? ¡No! Quizas ahora no pertenezca al consejo de los Magos, pero me haré la maga más fuerte y te ayudaré a salir de esta, y a encontrar a todos tus amigos.
La chica sonreía mientras lo miraba, entendía muy bién lo que estaba pasando:
- Quizás sea un error haber abandonado el Gremio para unirme acá, pero ahora haré las cosas bién, y tu eres mi amigo, y aunque quieras o no, te ayudaré a solucionar tus problemas y a encontrar a tus amigos, ¿Vale?
La chica sigió caminando hacia la puerta, y levantó la mano y haciendo un gesto de despidiendose.
-. Nos estaremos viendo luego.